lunes, julio 21, 2008

domingo, julio 20, 2008

Pitufo Gruñón,
Abeja reina, el es alguien bastante extraño para mí, es una de esas personas con las que no creí que me relacionaría más allá de una salida ocasional. Resulta que este man y yo tenemos un par de conocidos en común y por algunas circunstancias hemos coincidido en variada situación.

La primera vez que coincidimos, fue en una obra, yo había sido plantado dos veces ese mismo día y por no perder la boleta; a eso de las 8:00 p.m., llame a una amiga que iría también a la presentación y le ofrecí mi entrada libre, ella claro acepto y me dijo que tenía la persona perfecta para la boleta sobrante. Llegada la hora de la función, han sabido llegar, mi amiga, la abeja reina y quien para entonces era su pareja.

De esa noche sólo puedo decir, de la Abeja Reina, que aparte de su pinta un poco estrafalaria, no era un sujeto que hablara mucho. Mi amiga, la Intermediaria, explicaba que la entonces pareja –Pitufo Gruñón- lo opacaba un poco y para evitarse inconvenientes, él, la Abeja Reina, prefería guardar la compostura.

La velada concluyo, sin mayor novedad; la Abeja Reina salió de escena, sin dejar de ser un referente en algunas conversaciones, siempre traído por la Intermediaria; quien profesa un profundo afecto y una fascinación casi idolatra por la Abeja.

Sino estas en Facebook no existes,
Poco tiempo después la intermediaria me hizo su amigo en Facebook; no le preste mayor atención, pues mi interés en el Facebook, se reduce a un par de juegos y las fotos de los amigos que poco veo por estos días. Cualquier día, sin muchas ganas de trabajar, reviso en el Facebook de la Intermediaria, y con un poco de sorpresa y mucha curiosidad me encuentro un par de amigos, amigos con quienes no tendríamos por que coincidir.

La obvia curiosidad y mi poco interés por el trabajo, me llevaron a preguntar, ¿Qué relación existía entre la intermediaria y mis poco reconocidos contactos?; la respuesta no me sorprendió, sin embargo me generó más dudas aun. Tanto la Intermediaria, como la Abeja Reina y mis pocos reconocidos amigos eran MQR

Los MQR,
Los MQR, Medellín Queer Rockers, son un grupo de mancitos gay de la ciudad, entre los 16 y los veintitantos. Que se reunían con cierta regularidad a tomar vodka, escuchar Calamaro, reírse de sus historias, y tirar (según me dijo uno de mis no muy reconocidos amigos).

Hacia un par de años, precisamente por uno de mis no muy reconocidos amigos llegue al grupo de MSN MQR, revise un par de foros, todas las fotos y su listado de integrantes; pero al no compartir ni su gusto por la música, ni el licor y mucho menos, el gusto por los integrantes, la pagina cayó en el olvido.



El Enjambre,
El preciso finde que la Intermediaria, manifestó ser uno de los Supreme en los MQR, resulto que habría un meeting; sin pensarlo mucho y valiéndose, precisamente de su condición de Supreme me invito. A pesar de que asistir al Meeting era mi plan Z, resulte allí.

Gracias a que la Intermediaria olvido llamarme, por andar babeando por un tipo –por quien yo también-, llegue tarde y a mí llegada, ya se encontraban todos reunidos y con media botella de vodka en la cabeza. Si bien no esperaba una novena de difunto, los MQR resultaron más ruidosos de lo que esperaba, no tan feos como decían y menos locas de lo que me los imaginaba.

Resulto una reunión muy típica de amigos, el vodka corrió por lo vasos y las agujas del reloj, marcaron el tiempo como se supone deben hacerlo. Pero algo si me llamo la atención, pese a que la Abeja Reina, lejos esta de ser el mas agraciado de la fiesta, todo giró en torno a él, las bulliciosas obreras revoloteaban a su alrededor, no pude entender que extraño químico expelía, pero la reunión marcho al ritmo que la Abeja Reina marcaba.

Cuando me aburrí de estar en medio de este documental vivido de National Geographic, entre de nuevo en mí y me dedique a bailar. Es lo que me gusta. Sólo otra cosa me llevo de nuevo al sitio, entrada la noche y con mucho licor en la cabeza, un par de los otros clientes del lugar, se acercaron y empezaron a bailar con nosotros, algo extraño pero no lo suficiente; claro, hasta que les dio por integrarse. Un solo par de preguntas bastaron para que, los presuntamente Hetero, clientes del lugar, empezaran a reclamar besos de los MQR.

La Colmena,
La vida de la Abeja Reina, no solo es copular con los zánganos que se disponen a su alrededor para ellos, gran parte de la vida de la Abeja Reina se dedica a reproducir la especie. La Intermediaria me pidió que le ayudara con un asunto de familia, y claro accedí (la Intermediaria, tiene una no muy agradable niña de escasos dos años y un potencial de fastidio infinito, de la que la Abeja Reina, para todos los efectos es el Papá). Es por todos sabido que a mí los niños me pican y muy precavida fue la Intermediaria, en pedir la compañía del Papá de la niña, mientras adelantábamos el asunto pendiente.

Fue para mí bastante extraño, ver aquel man del atuendo estrafalario, que una semana antes, había sido la voz cantante en una reunión de maricas adolescentes muy ruidosos, en el papel de Padre; no lo descalifico por su género, o por su preferencia sexual, es sólo, que me costaba dimensionarlo en ese papel. He de anotar que no se veía mal, es más le sentaba hacer de Papá, de una niña que no lo reconoce mas allá de eso, de su Papá.

Prejuicioso; claro, así quedo demostrado desde el momento mismo en que la Intermediaria dio a conocer su condición de Supreme, pero aun así fue bastante extraño verlo en ese roll tan familiar y creo que poco conocido para el enjambre. Bien por él y por la mocosita que dio con un papá, que si bien no la engendro, la puede querer más de lo que ella necesita.

domingo, julio 13, 2008

martes, julio 08, 2008


Porque no me gusta el sexo, en parte las malas experiencias que he tenido en torno al asunto han generado en mi cierta resistencia a tirar; pero desde un tiempo a tras, no ha sido el sexo mismo lo que me gusta de tirarme a alguien, sé que esto va asonar bastante bizarro; pero lo que me gusta de tirarme a alguien, es el hecho de conseguir que acepten.


En parte, la intención es que me suban el ego (si, más), pero lo que me divierte es el seducir, más que el tirar. Puede ser que no me he visto en la situación de sexo animal e instintivo que me hiciera pensar lo contrario. Pero hasta ahora, el sexo no ha sido la motivación de mí actuar.


En varias oportunidades, el interés de ver materializadas mis fantasías me ha llevado de una situación a otra y también de una cama a la otra; sin embargo no el acto mismo.


En varias oportunidades, me he sorprendido pensando en mi lista de pendientes durante un episodio sexual; cosa que denotaría lo poco interesante que me resulta tirar en algunas ocasiones. Algunos podrían pensar, "Lo que le hace falta es un man que selo haga bueno", pero ya ha habido uno de tales características. Y sin embargo durante esa situación, mi fascinación se radicaba en ver satisfecho uno de mis fetiches, más que por el acto mismo de tener sexo.

La anorgasmia secundaria sería el primer diagnostico, pero he tenido muy buenos ratos en compañía de mi mismo. Una situacional tampoco, pues anteriormente he tenido experiencias muy placenteras. Sí, es consulta para mi sicóloga, eso si no insiste en que estamos perdiendo el tiempo.


Ya he adelantado un poco de la tarea y encontrado como punto común a los buenos episodios de sexo, la confianza con el interlocutor.