jueves, enero 17, 2008

Vuelta a tras


Cuando nos ponemos a pensar en la lejana época de la escuela, muchos recuerdos llegan a nuestra mente; las "figuras de acción" (Muñecas para niños) de G A Joe, las tardes jugando en el Súper Nintendo, los juegos de pelota en los parques. En mi caso particular recuerdo muy particularmente, las ocasiones en las que del Matadero Municipal se escapaban las reses y nos veíamos obligados a treparnos a los árboles para salvar la vida.

Pero algo más viene a mi mente, el mancito con el que compartí los primeros 5 años de vida escolar, Mr. A. La familia de Mr. A se cambio de ciudad y en ese momento perdimos contacto; realmente nunca tuvimos una relación particularmente estrecha, pero el escaso numero de estudiantes en el salón de clase, hacia que la comunicación entre nosotros resultara fácil.

En los siguientes años escolares, la imagen de Mr. A, se opaco por un nuevo y mas numeroso grupo de compañeros, con quienes poco o nada compartí; mi grupo de amigos era bastante reducido y en cierto modo compacto. Los demás años de colegio pasaron y los nuevos amigos desplazaban en tiempo a los más antiguos.

Ya en al Universidad, por cuestiones de azar, coincido con Mr. A en una estación de metro de la ciudad, desde el lado opuesto de las vías del tren, simplemente lo contemplo en silencio. Esta situación detona en mi mente un sin fin de recuerdos: miradas furtivas, prácticas deportivas e interminables tarde de juego regresan a mi mente.

Su recuerdo reluce nuevamente en mi memoria, como plata recién pulida, todas aquellas imágenes regresan con el esplendor de antaño y una extraña sensación recorre mi cuerpo, el recuerdo de una de mis primeras fijaciones románticas. Él, sigue igual, no me engañaban mis recuerdos, Mr. A es un man re kimby.

Las nuevas redes sociales en línea, me permitieron hurgar un poco en su vida; sigue siendo un deportista, su pasión por el fútbol, ahora comparte el tiempo con los patines; sus trabajo ha de ser una tentación constante; sigue siendo hijo único.

La memoria de aquel encuentro me acompaña, su coqueteo con las nenas que lo acompañaban era evidente, a pesar del ruido de la gente y la distancia. Mr. A, desafortunadamente. . . es hetero.

2 comentarios:

Monchis dijo...

Hola Teban,

Desafortunadamente es hetero.... pero afortunadamente está lejos.

Yo de amores platónicos ya he tenido suficientes... mejor paso.

Los hombres de carne y hueso que nos pueden hacer reir, seguramente tambien nos haran llorar, pero eso al menos es algo.

Saludos,

JP dijo...

Otra vez mirando las vitrinas que no son????