martes, marzo 10, 2009

Y nos metimos a la casa


Hace poco la presencia de una pareja homosexual, que convivía abiertamente, en un programa de televisión suscitó controversia. En estos días en los que me he convertido en un couch potato, he tenido oportunidad de ver como cada vez son más frecuentes y relevantes los papeles homosexuales en la pantalla chica nacional; recuerdo como el Marcel, en la galardonada serie Hombres en su momento también fue motivo de discusión, y sin embargo este papel, no fue mas allá de ser el “amigo loca” de la protagonista e incluso avanzada la serie, le apareció un hijo; cabe a notar que esta serie se emitió a mediados de los 90’s y en un horario que distaba mucho de ser el prime time de la televisión local.

Se ha expresado en innumerables espacios que, los homosexuales nos hemos constituido en una fuerza viva de la sociedad, un colectivo que hoy va mas allá de la celebración de la marcha del orgullo gay; que se ha organizado en diversas organizaciones sociales e incluso políticas, que el día de hoy se muestra cada vez más activa y relevante en el acontecer nacional.

Lejos estamos aun de un Sam Adams, ó más a un de una Jóhanna Sigurðardóttir, pero los pequeños espacios en el imaginario colectivo se venido construyendo y prueba de ello es, encontrar papeles como el de Mauri y Bea en Aquí no hay quien viva, o el de Alcides y Harold en El ultimo matrimonio feliz.

Hay que reconocer que a pesar de que nuestra sociedad de se construye a la usanza estadounidense, sociedad en la que cohabitan el estudio de células madres y teorías creacionistas, donde se llegó a insinuar que la cancelación de la exitosa serie Commander in Chief obedeció a la imposibilidad política de generar escenarios en los que una mujer pudiese llegar a ser la presidenta del país y más aun, hacerlo con éxito frente a los infinidad de inconvenientes que cada semana afrontaba la presidenta Mackenzie; hoy en nuestra televisión se abren espacios al respeto más que a la tolerancia, donde trata de reflejarse realidades tan distintas como la aceptación esnobista de los vecinos en Aquí no hay quien viva, la discriminación de familiar y social en El ultimo matrimonio feliz. Y las diferentes posiciones que asumimos nosotros mismos frente a nuestra condición.

En verdad me agrado ver como cada día se generan espacios de respeto y aceptación de la diferencia, sobre todo en la clase de públicos que tiene estos programas, pues es desde mi sesgado punto de vista es difícil para las amas de casa afrontar cambios sociales como estos.



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  • Estoy tratando de publicar más pero mi nueva condicion de couch potato no me brinda mucho material y como pueden ver toca echar mano de lo que se encuentre.

2 comentarios:

Monchis dijo...

Hola Tbn,

La puesta en escena de personajes abiertamente homosexuales en la pantalla chica está dejando poco a poco el típico estereotipo de la loca estilista o decoradora y cada vez es mas patente, la presencia de personajes de carne y hueso alejados de la caricatura y el humor fácil.

Son mostrados como seres humanos comunes y corrientes, con sus conflictos, dudas y momentos de alegría.

Este tipo de tratamiento, abre las posibilidades a un nuevo entendimiento, que es el primer paso para alcanzar la tolerancia.

Saludos,

Potter dijo...

Saludos.
Me parece muy acertada tu consideracion, pienso que esos espacios de alguna manera ejemplifican las realidades de cada uno de nosotros. Esperare con una ferviente ansiedad tu salida del "mode couch potato"...