martes, agosto 08, 2017

Recientemente, recibí una llamada que espere por 12 años. Por 12 años de manera consciente e inconsciente espere que llegaras a mi vida; estabas presente pero a la vez lejano, inalcanzable. Esta mañana todo pensé menos que el mundo me cambiaría de esta forma.

Cuando vi tu nombre en el identificador, me arregló el día como ha sido cada vez que me llamas, pero nada me haría presagiar lo que estabas por decirme. Como siempre el cumplimiento de las formalidades, las preguntas por la familia y demás formalismos acostumbrados; acto seguido la correspondiente consulta profesional,  

Es verdad, siempre actué buscando que fuera posible que esto pasara, siempre busque estar en la posición de ser tu apoyo, de estar para vos; así ni lo supieras o te interesara. No pretendo saber por lo que has pasado, por lo que estas pasando, tomar la decisión debió resultar amargamente difícil; representa un cambio para lo que venias siendo y lo que se espera de vos.

Un contexto más amable hubiera resultado más deseable, pero sólo recordar tu existencia me hace feliz.

(Inicialmente, está nota se escribió en 2013).

1 comentario:

Tbn dijo...

Otra llamada que jamás, quise recibir fue la que me anunció tú partida; desde que tenía 9 años te veía, no sabía que era, no me imaginaba que fuera esto que nunca dije, lo que para mi fue.

Han pasado 4 años sin llorar, no he derramado una lagrima; pero el vacío es inconmensurable, el dolor sigue ahí.

Creo que merecí más, una llamada cada año y una mamada cada dos; no era lo que yo esperaba, no era lo que yo quería. Quizá no merecía más, pero no creo que ser ese eterno arroz en bajo fuera justo para nadie.

Espero que donde quiera que estés, encuentres la paz que en vida se te negó. El problema para mí es, que te amaré por mucho rato.